viernes, 2 de octubre de 2009

Libertad Económica: La ruta de la Riqueza

Hola Jorge Humberto, es un placer volver a saludar a tu finísimo público. Hoy comentare los resultados del índice de libertad económica y su relación con el crecimiento económico en el mundo. En este tenor, les tengo dos noticias: una buena y una mala.

A. La buena, es que según este indicador México está considerado como una nación mayormente libre, por debajo de países como Hong Kong, Singapur, Irlanda, Estados Unidos, Canadá, entre otros.
B. La mala, es que estamos ubicados en el lugar 49 de un conjunto de 179 países evaluados.

El índice de libertad económica es un indicador elaborado por la Fundación Heritage cuyo objetivo es medir la forma en la que el gobierno estímulo o limita las operaciones de las empresas del sector privado, en otras palabras, mide la interferencia del sector público en la economía.

El país con mayor libertad en el orbe es Hong Kong; en contraste, China ocupa el lugar 132, los chinos de Hong Kong gozan de un ingreso por persona de 39 mil dólares anuales y china uno de 5 mil, 8 veces menos. Por su parte, la Unión Americana ocupa el sexto lugar, en cambio México el 49, Venezuela el 174 y Cuba el 177. Los latinos que trabajan en Estados Unidos, los mexicanos en Los Ángeles y los cubanos en Miami, disfrutan de un ingreso por persona 4 veces mayor al de los mexicanos radicados en el cuerno de la abundancia y 10 veces más alto que el de los cubanos que viven en la paradisíaca, pero reprimida isla. La explicación de la diferencia abismal de estos casos radica en la conducta del gobierno, en las naciones con mayor ingreso existe una mayor libertad para producir, fomentan la inversión extranjera, sus niveles de corrupción son bajísimos, no tienen inflación y su economía informal es reducida.

Lo más relevante de este índice es que revela que entre mayor sea la libertad económica más alto es el ingreso por persona.

Estimado radioescucha, no hay que descubrir el hilo negro para aumentar el ingreso de las familias mexicanas y abatir con ello la pobreza; no se requiere de un estado paternalista, ni de subsidios. Lo que se necesita es audacia y valentía de los representantes de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial para aprobar las reformas requeridas, asumiendo sus costos políticos, basta con citar cuatro de ellas: bajar los impuestos, reducir los 28 días que en promedio nos tardamos para abrir un negocio, eliminar la corrupción y cumplir la aplicación de la ley, con ellas tendríamos un México más libre y con mayores niveles de bienestar.
Para el poder de la Discrecionalidad, soy Miguel Cervantes y estaré con ustedes la próxima semana. Gracias.

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